martes, 23 de junio de 2009

Segundas temporadas sí que fueron buenas

Aprovecho un ratito, ahora que mi madre se está peleando con los de Vodafone por teléfono y no me tiene pegado a la tele, para comentaros las dos últimas que han caído...

BREAKING BAD

Ya en el último post dije que había visto la mitad y que me estaba gustando mucho más que la primera temporada. Aunque reconozco que tampoco era tan complicado teniendo la primera tan sólo siete capitulitos que sabían a poco y no acababan de dejar la línea argumental clara.
Breaking Bad ha firmado una segunda temporada contundente y casi redonda. Para mí es como el reverso oscuro de Weeds. Porque BB no es dramedia: es una drama ácido con muchísimo humor negro. Algunos personajes llegan a rozar el patetismo o el cliché, todo les sale mal; lo siguen intentado y les sigue saliendo mal. Pero ahí reside la grandeza de BB, reflejar la miseria de unos personajes a la deriva.

El último capítulo termina con un
cliffhanger de tintes lostianos: nos damos cuenta de que todos los personajes están relacionados entre sí de formas que ni ellos saben y lo cierran con ese accidente de avión que te lleva a plantearte muchos interrogantes cuando la pantalla comienza con los títulos de crédito. No era de mis series favoritas y no creo que nunca sea de mis series de cabecera pero ahora tengo muchas más ganas que antes de que comiencen con la tercera (y, esperemos, última, para no fastidiarlo) temporada.



DAMAGES

Empezaré diciendo que no me gustan las series de abogados. Salvo ésta no veo ni una. Es un género que me aburre y que, incluso, hay veces que no entiendo. Vi la primera temporada de
Damages alentado por las buenas críticas y porque decían que no era una serie de abogados al uso. Sin embargo, dejando a un lado la supuesta originalidad del tratamiento narrativo con flashbacks y flashforwards (algo que, desde Lost, todas las series utilizan como recurso recurrente) el visionado de los primeros trece capítulos me dejó más frío que los Magnum que se ventila mi madre ahora que ha llegado el verano.

La segunda temporada, lejos de ser una maravilla, ha conseguido entretenerme (aunque me perdía por momentos con los chanchullos empresariales). Glenn Close es Glenn Close; hablar a estas alturas de la calidad de su actuación no es nada nuevo. Ella pertenece a ese tipo de actores para los que la interpretación es algo tan fácil como para mí rascarme las orejas con las patas traseras. Rose Byrne, en cambio, no consigue emocionarme y que cada tres planos me haga creer que es una Paz Vega sofisticada no ayuda mucho, la verdad.

Pero
Damages, al igual que Breaking Bad, es una serie que debería acabar en su próxima tercera temporada en un hipotético enfrentamiento final entre sus antagónicas protágonistas y una de las dos sea definitivamente destruida. De lo contrario podría enfermar con el Síndrome Prison Break y dejar a sus seguidores por el camino muertos de aburrimiento.


lunes, 15 de junio de 2009

Esclavizado frente al televisor

Al final acabaré denunciando a mi madre a la Sociedad Protectora de Animales. Que no hay derecho, oigan. Día y noche pegado al televisor porque como ella no tiene otra cosa que hacer (dice que busca trabajo y mientras la llaman o no para hacer entrevistas, se pone a ver series enteras en plan maratón) que mejor —me dice la muy humana— que pasar el tiempo poniéndose al día. Y ahí que me veis a mí con el boli en una pata y la libreta en la otra para ir apuntando impresiones de todo lo que se casca.

Repaso de los últimos diez días:


FIREFLY + SERENITY


Que yo sé que se quedó con mono de Summer Glau después de ver y volver a ver Terminator: The Sarah Connor Chronicles. Que lo sé yo. De Summer Glau y de ciencia-ficción. La serie no me disgustó pero todos sabemos que se emitía en la Fox y también sabemos como la Fox actúa con los productos mínimamente arriesgados. Entretiene pero se nota cómo la subtrama central (River Tam y el por qué de su psicosis) apenas estaba despegando cuando le dieron el carpetazo definitivo. Una pena porque ese tono a lo Star Wars resultaba incluso más interesante que la propia Star Wars.


Por suerte, Serenity, la película realizada para darle el colofón que merecía la serie, aclara bastante por qué se le fue la olla a River y nos regala dos horas de acción salpicada de humor muy recomendables.




DOLLHOUSE


A esta mi madre le cogió tirria desde que supo que, en igualdad de condiciones, la renovaron en detrimento de su adorada T:TSCC. Pero en el fondo sabía tan bien como yo que le acabaría gustando. Acción, intriga, algo de conspiración y un tema de fondo, la manipulación del cerebro humano que te deja pensando en cómo sería tener tu cabeza vacía por completo (algo que la serie se encarga de desmentir: siempre quedan rastros). Sus puntos débiles, el personaje de Paul Ballard no acaba de convencer y el final resultó demasiado manido y poco elaborado (en cuanto a las motivaciones del "malo"). Aún así, deseandito estamos de que empiece la segunda temporada y nuestra adorada Summer Glau se una al reparto (dicen que haciendo de mujer "normal").



NURSE JACKIE


De momento sólo hemos visto el piloto y encima en V.O., que mi madre es más chula que un ocho y no se podía esperar a que alguien subiera los subtítulos... El piloto es modélico. De manual, vamos. Una concisa presentación de personajes y sus motivaciones y un entorno bien definido. Y una segunda temporada asegurada cuando casi no habían acabado los títulos de crédito. El principal problema que le veo es que Showtime empieza a hacer más de lo mismo. Antihéroes (y antiheroínas) poliédricos y con claroscuros que caen bien al espectador pese a su supuesta mezquindad. Dexter, Hank Moody, Nancy Botwin... Ya empiezan a repetirse demasiado los esquemas. Aún así, la enfermera Jackie promete dejarnos aunque sea buen sabor de boca en estos meses estivales, tan propicios para sobresalir en la programación televisiva a poco que seas interesante. Como curiosidad cabe resaltar la posibilidad de ver a los antaño Padre Intintola y Carmela Soprano dándose por fin el lote.




PRISON BREAK: THE FINAL BREAK


El final. Que sí, de verdad de la buena. Que ya acabamos. Que no va a haber otro cliffhanger en la última décima de segundo. Aunque parezca que lo que queríamos hacer metiendo a Sarah Tancredi en la carcel era cascaros una quinta temporada... Ozú, qué cansinos han llegado a ser los guionistas de esta serie. Serie que es el mejor ejemplo de la poca coherencia creativa y lo poderoso que es don dinero. Prison Break pudo haber sido una serie de culto y ha acabado siendo una serie que se ha dejado más espectadores por el camino que muertos dejaban los hermanos en su huida. La tercera y cuarta temporadas no han sido lógicas y consecuentes, han querida liar demasiado la madeja y al final no han podido desenredarla. Haber cerrado al final de la segunda habría supuesto una historia redonda, facilona pero redonda. Pero después de tanto trajín, sacarse de la manga que Michael está enfermo o que él y Lincoln no son hermanos realmente me parece demasiado. Michael muere, sí, pero lo hace a destiempo porque la serie ya llevaba mucho tiempo muerta.




WEEDS


¿Qué decir de mi adorada Nancy Botwin? Que según veía el primer capítulo de esta quinta temporada me daba cuenta de lo mucho que la he echado de menos. Porque es que ella, Andy, Silas, Shane, Doug e incluso la insufrible Celia son ya casi como de la familia. Y, además, saber que hay un nuevo miembro en camino hace que me relama el hocico del gusto. Y la escena del flash mob fue tan refrescante que mañana le estaré arañando el muslo a mi madre para que se baje el capítulo de esta noche cuanto antes...



Anoche tocó maratón con los siete primeros capítulos de la segunda temporada de Breaking Bad. Y como mi madre es más bruta que un arao, seguramente esta noche caerán los seis restantes así que en breve estaré por aquí contando que me ha parecido. De momento puedo decir que me está gustando bastante más que la primera.


jueves, 4 de junio de 2009

Pushing daisies

Ayer la cursi de mi madre acabó de ver Pushing daisies y me ha dicho que me toca a mí contar lo que le ha parecido. Manda huevos. Que ya dije que la muy jodía está con las hormonas revueltas y me temo que no puede ser objetiva. Así que lo tendré que ser yo por ella.

Cuando la peña habla de esta serie siempre se le vienen a la boca las dos mismas referencias: Amelie y Big Fish. Ese tono de cuento de hadas, esos colores primarios tan chillones y esa ambientación tan irreal son demasiado reconocibles como para nombrar cualquier otra obra. Sin embargo muchos olvidan la cantidad de referencias a una buena cantidad de películas tan dispares entre sí como El acorazado Potemkin, Grease, Sonrisas y lágrimas o Indiana Jones y el templo maldito. Porque hay escenas que son un sentido homenaje a esos míticos filmes. Es decir, bajo ese aparente intento de copiar el ambiente onírico de las dos primeras películas hay un vasto conocimiento de la historia del cine.


En cuanto a la serie en sí... ¿qué queréis que os diga? Al principio el rollo de las investigaciones en las que Ned despertaba al muerto durante un minuto para preguntarle por su asesino tenía su gracia. Luego comenzó a cansar. Siempre lo mismo. Como si fuera un procedimental más escrito por un guionista con sobredosis de LSD. Sin embargo la serie volvía a recobrar el pulso cuando se centraba en la historia personal y el pasado (y por extensión, su influencia en el presente) de los personajes. Conocer el pasado de Ned, Chuck, Emerson, Olive o las hermanas sirenas era mucho más interesante que saber quién mató al muerto de turno resucitado por el pastelero. Cuando lo hacían, la serie ganaba varios puntos.

Otro tema es el de la tensión sexual entre Ned y Chuck. Bien llevado en la mayoría de las veces y resuelto con las formas más curiosas y extravagantes dotando a las escenas de un aire naïf muy acorde con la ambientación. Aunque no todo es inocente en Pushing daisies. Se sueltan, así como quien no quiere la cosa, algunas insinuaciones eróticas nada inocentes que nos llevan a pensar que no todo es tan idílico en la relación entre la chica muerta y el pastelero.


Lamentablemente, al conocerse la noticia de su inminente cancelación, los guionistas trataron de darle algún tipo de final a la serie. Final que queda totalmente forzado, fruto de la precipitación. Olvidando además que apenas tres capítulos atrás habían abierto una trama más que interesante acerca del padre de Ned, personaje ausente pero omnipresente a lo largo de las dos temporadas. Así que al final nos encontramos con una serie que se queda coja en su tramo final aunque es de agradecer que no se haya quedado en un terrible cliffhanger como otras que han sido canceladas esta temporada.

Memción aparte merece mi colega Digby. Totalmente desaprovechado a lo largo de la serie, cada vez que aparecía en escena no podía evitar menear el rabo de puro contento.


martes, 2 de junio de 2009

¿Y el karma no va a hacer nada?

Anoche mi madre dejó a un lado el pastel (nunca mejor dicho) de Pushing daisies y mientras cenábamos pusimos el último capítulo de la cuarta temporada de My name is Earl. O la series finale, ya que ha sido cancelada y su futuro en cable aún es muy dudoso.

La verdad es que es una serie que a mí siempre me ha parecido para pasar el rato, echarte unas risas y poco más. Un especie de procedimental cósmico repleto de humor absurdo y algo de crítica a la América profunda sin muchas más pretensiones que hacer reír (en el fondo todos veiámos la serie por descojonarnos con las paridas de Randy).


Aún así merecía tener algún tipo de final con Earl completando su lista y enfrentándose a un más que probable "¿Y ahora qué?". En cambio nos hemos encontrado con un
cliffhanger bastante forzado (el único en cuatro años; lo del coma de Earl al final de la tercera temporada no llegó a dejarnos con cara rara) y un punto y aparte en una serie que, por lo que cuentan, no va a tener continuación en ninguna cadena.

Nos quedamos sin Earl y sin su lista de despropósitos. Cada vez que una serie se cancela sin un final es como si una pulga me picara en la oreja....

lunes, 1 de junio de 2009

Arrancamos

Hoy es mi cumpleaños. El noveno para ser exactos. Ya soy un perro adulto; maduro, diría yo. Por un momento pensé que hoy sería un día especial: un gran hueso que roer, una perrita con la que "jugar" —ya me entendéis— o un buen corte de pelo, que este calor no hay quien lo aguante... Pero no. Nada de eso. A la mema de mi madre no se le ha ocurrido otra cosa que abrirme un blog. Y encima un blog de series. Que dice que ella ya tiene bastante con los otros blogs que escribe y que, al fin y al cabo, los dos vemos las mismas series. Así que aquí estoy, aporreando el teclado con las patas y presentándome a la audiencia.

Ahora está en el salón viendo la segunda temporada de
Pushing daisies. Será la primavera, que la sangre altera y se pone tonta. Yo, mientras no me vuelva a torturar poniéndome otra vez Terminator: The Sarah Connor Chronicles (que menuda le dio; todo el mundo dejando de ver la serie y ella se la casca otra vez) , soy feliz.

Mientras ella acaba de ver la pastelada de los enamorados que no se pueden tocar, yo preparo mis colmillos para uno de los estrenos más importantes del verano:
True blood. Desde que acabó la primera temporada he sufrido síndrome de abstinencia. ¡Hasta me leí a escondidas el primer libro de la saga de Sookie Stackhouse que la mema de mi madre se compró y dejó en la estantería sin leer!

¡Que corra la sangre!